Si necesitas hacer una actualización catastral en Huesca, tal vez te interese conocer un poco de la historia y los orígenes del catastro. Se trata de una herramienta que utilizamos para la ordenación de un determinado espacio geográfico cuyos fines son los de desarrollo. Un registro de bienes inmuebles que funciona como una especie de inventario.

¿Sabías que los primeros catastros rústicos se remontan a las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, la India, China y el norte de Italia? En España, el catastro más antiguo que se conoce es el libro Becerro de las Behetrías de Castilla, cuyo título original (que fue cambiado por el editor Fabián Hernández) era Becerro de las Merindades de Castilla.

Es un fiel reflejo de la organización territorial que se imponía en este territorio, que los ciudadanos debían consultar para usarlo como base a la hora de llevar a cabo cualquier futura reforma. Esta obra, junto con las Crónicas de los Reyes, está entre las publicaciones históricas más consultadas por quienes se dedican a investigar la Baja Edad Media en España. Te vendrá bien saberlo cuando vayas a hacer una actualización catastral en Huesca, como dato curioso.

No obstante, el desarrollo de los documentos catastrales que se asemejan a lo que hoy conocemos estuvo muy ligado a los cambios que introdujo Felipe V en la administración de la Corona de Aragón a comienzos del siglo XVIII.

El resultado fue el llamado Catastro de Patiño, documento dictado por el Superintendente de Cataluña el 15 de octubre de 1716 y que se convirtió en referente para el resto del territorio nacional. Especialmente, fue el modelo que inspiró al Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI, en su intento de reforma global en Castilla y que hoy conocemos como Catastro de Ensenada.

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